Hemos reiniciado un camino de pensamiento y
compromiso con las transformaciones impulsadas en el ámbito nacional desde la
asunción de Néstor Kirchner. Un camino que tuvo ya en Santiago algunos inicios
anteriores, que deseamos proseguir. Así es que constituimos CARTA ABIERTA
SANTIAGO DEL ESTERO para sumar nuestra voz al debate público por una democracia
cada vez más inclusiva, más igualitaria, más justa.
Los y las integrantes de Carta Abierta
participamos en distintos espacios de pensamiento y de trabajo: universidades,
organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales, agrupaciones
partidarias, medios de comunicación, organismos del Estado, gremios o
bibliotecas, y otros. Allí aprendimos la necesidad de promover miradas críticas
y discusión democrática de los asuntos públicos, como condición básica de una
ciudadanía plena.
Queremos aportar nuestra mirada sobre la
realidad santiagueña, con el ánimo de contribuir a la identificación de
problemas estructurales o coyunturales y a la propuesta de soluciones.
Carta Abierta expresa su reconocimiento y
respeto a todos los actores que diseñan y ejecutan las tareas de gestión
pública desde el Estado y las organizaciones de la sociedad, y sólo desea
aportar, en la medida de sus posibilidades y limitaciones, a ese necesario
diálogo-inter-pares que reclama la construcción cotidiana de la política.
Y queremos hacerlo en sintonía con las
Cartas Abiertas del resto del país, pero desde la especificidad de nuestra
preocupación por Santiago del Estero.
Valoramos como positivo el acuerdo que
mantiene el gobierno provincial con las políticas del gobierno nacional que
encabeza Cristina Fernández de Kirchner. Esa alianza ha contribuido a saldar en
parte, la deuda histórica que mantiene la Nación con Santiago del Estero, por
cuanto la provincia ha sido receptora de las políticas públicas nacionales de
inclusión social, de promoción de los derechos humanos y de generación de
empleo y desarrollo.
Valoramos las iniciativas que ha mostrado el
gobierno provincial con diversos actores, en torno a cuestiones sensibles de la
problemática santiagueña, dando lugar a una diversidad de mesas de diálogo y
trabajo con campesinos, docentes, jubilados, trabajadores; y a la creación de
organismos que empiecen a dar respuestas, tales como el Comité de Emergencia
para situaciones de conflicto, el Registro de Poseedores de tierras, la
Dirección de Género, el Instituto Espacio de la Memoria, o el Consejo
Provincial de Políticas Públicas sobre DDHH.
Valoramos el avance en la transformación
sustancial de la infraestructura productiva y de servicios en el campo y en las
ciudades, así como las iniciativas tendientes a poner en marcha un Plan
Estratégico Industrial.
Valoramos los intentos de reforma y
capacitación iniciados en las instituciones de seguridad con el aporte de
importantes expertos en el área invitados por el Consejo de Políticas Públicas
sobre DDHH.
Valoramos la implementación de la reforma
procesal penal en el ámbito de la Justicia con apoyo del INECIP.
Este reconocimiento y valoración no nos
impide visualizar lo que falta y lo que podría mejorarse, y su señalamiento
crítico apunta a fortalecer el camino que apoyamos, y no a debilitarlo.
En ese sentido, creemos necesario apuntar
aquellos temas que consideramos imprescindible afrontar de manera inmediata,
con la misma voluntad política que inspira el proceso iniciado por el
kirchnerismo.
1. El problema de la tenencia de la
tierra. Es el problema estructural más importante de Santiago, y mientras
no se lo aborde políticamente constituirá un factor permanente de injusticias,
desigualdades y violencias para con los más débiles en la estructura social.
Miles de familias campesinas e indígenas
viven todavía en la mayor inseguridad, temiendo ser desplazados de sus lugares
de origen y trabajo en cualquier momento. Su suerte depende de un plan político
sostenido y de largo alcance que efectivice el derecho a la regularización
dominial y que se acompañe de políticas de desarrollo respetuosos de las
distintas identidades productivas.
Es necesaria pues una respuesta política,
largamente postergada, que asegure la titularidad en el dominio de las tierras
a las familias que acrediten sus derechos posesorios. Para ello, es necesario
conformar una instancia provincial de coordinación interpoderes que tenga la
capacidad técnica y política de abordar un problema tan complejo como el del
ordenamiento territorial.
Como medida urgente proponemos la inmediata
suspensión de todo desalojo por un lapso que permita avanzar en acuerdos
políticos para promover un reordenamiento territorial con inclusión social. Un
importante punto de partida es la operativización de las propuestas que
integran los 10 puntos del acuerdo firmado en el mes de Julio de 2010 entre el
gobierno provincial y la totalidad de las organizaciones campesinas e indígenas
de la provincia.
2. El modelo de desarrollo. Creemos
inconveniente la adopción de prácticamente un único modelo de desarrollo
productivo modernizador y excluyente que deja afuera a un importante número de
pequeños productores y emprendimientos del campo y de la ciudad que necesitan
de un apoyo más decidido de las políticas públicas de promoción y asistencia.
No sólo son necesarias las grandes obras de infraestructura o el aliento a la
inversión empresaria extraprovincial, especialmente en el sector agropecuario,
sino que también es necesario asegurar un crecimiento económico que contemple
un modelo de desarrollo sustentable y de mayor equidad distributiva. El apoyo
al desarrollo local y a la población rural es imprescindible.
Por otro lado es necesario incorporar la
perspectiva de los diferentes sectores sociales y económicos en la formulación
de un Plan Estratégico Provincial de carácter integral, que vaya más allá de un
Plan de Gobierno que solamente contemple la realización de obras de
infraestructura (seguramente necesarias). Se trata de que esas obras sean
aprovechadas por todos los sectores, incluyendo aquellos más vulnerables de la
población.
3. La gestión de la conflictividad social
y del delito. La invisibilización del conflicto social, lejos de solucionar
los problemas, los agrava. Gran responsabilidad les cabe a los medios de
comunicación que terminan desinformando o manipulando la agenda en función de
sus intereses particulares. Pero el Estado defiende intereses públicos, y en
función de ellos, puede encarar abiertamente las demandas canalizando por la
vía del diálogo y el acuerdo las diferencias y las quejas, sin que éstas queden
ocultas a la consideración pública.
Por otra parte, urge una transformación de
las instituciones vinculadas a la seguridad como la Policía y el sistema
carcelario, en la manera de comprender los problemas y de encarar su gestión.
El fenómeno endémico de la tortura penitenciaria y policial debe ser atendido y
revertido. La decisión política para desterrar estas prácticas es excluyente.
Ante la sanción de la ley que crea el Mecanismo Nacional de Prevención de la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes es necesario
que el gobierno santiagueño se incorpore proactivamente al mismo como una
manifestación política clara para excluir la tortura y los tratos degradantes.
4. La administración de justicia.
Debe garantizarse el acceso a la magistratura y la permanencia en ella de las
personas más capaces, mejor formadas y más independientes, sobre todo del poder
económico, que continúa haciendo del Poder Judicial el objetivo principal de su
dominio e influencia. La implementación de las reformas iniciadas en el proceso
de administración de justicia deben ser acompañadas por magistrados formados
jurídica y políticamente, pues deben hacerse cargo responsablemente del impacto
de sus decisiones en el diseño de la convivencia social. Necesitamos jueces
comprometidos activamente con la democracia y con los derechos humanos, lo que
implica la sintonía de sus decisiones con las políticas de inclusión social y el
reconocimiento operativo de los derechos de los más débiles.
5. El espacio público. No tendremos
una democracia madura ni la posibilidad de sostener las transformaciones con
apoyo popular mientras no fortalezcamos el espacio público y el debate político
y social en la provincia. La invisibilización de ciertos temas, actores y
debates del ámbito local, como consecuencia de la concentración del
poder de agenda por parte de los sectores más poderosos, no son un problema de
la coyuntura actual, sino un mal histórico y estructural que se ha sufrido en
nuestra provincia, más allá de los cambios de gobierno y de sectores económicos
dominantes. Apoyar activa y creativamente la aplicación de la Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual en Santiago es un aspecto
central para paliar este problema, como así también imaginar otras maneras que
ayuden a democratizar la comunicación, las instituciones de pensamiento y de creación,
promoviendo la posibilidad de debates argumentativos, la pluralidad de las
voces, y la diversidad de las fuentes de información y canales de expresión.
Santiago del Estero, 16 de Diciembre
de 2012,
a 19 años de la rebelión santiagueña contra el ajuste neoliberal.-
a 19 años de la rebelión santiagueña contra el ajuste neoliberal.-
FIRMAN:
Pablo Álvarez, Alejandro Auat, Cecilia Canevari, Guillermo
Chazarreta, Lucas Cosci, Rubén de Dios, Cristian Jara, Lidia Juliá, Antonio
Kinen, Ana Teresa Martínez, Raúl Paz, Ernesto Picco, Homero Saltalamachia,
Celeste Schnyder, Gastón Segura, Marisa Silveti, Alberto Tasso, Marta Terrera, José
Vezzosi.
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