lunes, 26 de enero de 2009

¿Réquiem por Israel?

Nota Publicada el 15-01-2009 en Rebelion.org


 

Boaventura de Sousa Santos

Carta Maior

Está ocurriendo en Palestina la más reciente y brutal masacre del pueblo palestino cometida por las fuerzas ocupantes de Israel con la complicidad de Occidente, una complicidad hecha de silencio, hipocresía y manipulación grotesca de la información, que trivializa el horror y el sufrimiento injusto y transforma a los ocupantes en ocupados, a los agresores en víctimas, la provocación ofensiva en legítima defensa.

Las razones próximas, a pesar de omitidas por los medios de comunicación occidentales, son conocidas. En noviembre pasado la aviación israelí bombardeó la franja de Gaza en violación de las treguas, Hamas propuso la renegociación de los controles de acceso a la franja de Gaza, Israel lo rechazó y todo comenzó. Esta provocación premeditada tiene objetivos de política interna e internacional bien definidos: recuperación electoral de una coalición en riesgo; un ejército sediento de vengar la derrota del Líbano; vacío de la transición política en Estados Unidos y la necesidad de crear un hecho consumado antes de la investidura del presidente Obama. Todo esto es obvio, pero no nos permite entender lo ininteligible: el sacrificio de una población civil inocente mediante la práctica de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad cometidos con la certeza de la impunidad.

Es preciso retroceder en el tiempo. No a los tiempos remotos de la Biblia hebrea, el más violento y sangriento libro alguna vez escrito. Basta retroceder sesenta años, a la fecha de la creación del Estado de Israel. En las condiciones en que fue creado y después apoyado por Occidente, el Estado de Israel es el más reciente (ciertamente no el último) acto colonial de Europa. De un día para otro, 750.000 palestinos fueron expulsados de sus tierras ancestrales y condenados a una ocupación sangrienta y racista para que Europa expiase el crimen hediondo del Holocausto contra el pueblo judío.

Una lectura atenta de los textos de los sionistas fundadores del Estado de Israel revela todo aquello que el Occidente hipócritamente todavía hoy finge desconocer: la creación de Israel es un acto de ocupación y como tal tendrá que enfrentar para siempre la resistencia de los ocupados; no habrá nunca paz, cualquier apaciguamiento será siempre aparente, una armadija a ser desarmada (de ahí que a cada tratado de paz tenga que seguirle un acto de violación que lo desmienta); para consolidar la ocupación, el pueblo judío tiene que afirmarse como un pueblo superior condenado a vivir rodeado de pueblos racialmente inferiores, aunque eso contradiga la evidencia de que árabes y judíos son todos pueblos semitas; con razas inferiores sólo es posible una relación de tipo colonial, por lo que la solución de los dos Estados es impensable; en su lugar, la solución es la del apartheid, tanto en la región, como en el interior de Israel (de ahí los colonatos y el tratamiento de los árabes israelíes como ciudadanos de segunda clase); la guerra es infinita y la solución final podrá implicar el exterminio de una de las partes, ciertamente la más débil.

Lo ocurrido durante los últimos sesenta años confirma todo esto, pero va mucho más allá. En las dos últimas décadas, Israel procuró, con éxito, secuestrar la política norteamericana en la región, sirviéndose para ello del lobby judío, de los neoconservadores y, como siempre, de la corrupción de los líderes políticos árabes, rehenes del petróleo y de la ayuda financiera norteamericana. La guerra de Irak fue una anticipación de Gaza: la lógica es la misma, las operaciones son las mismas, la desproporción de la violencia es la misma; hasta las imágenes son las mismas, siendo también de prever que el resultado será el mismo. Y no se fue más lejos porque Bush, mientras tanto, se debilitó. ¿No pidieron los israelíes autorización a los Estados Unidos para bombardear las instalaciones nucleares de Irán?

Es hoy evidente que el verdadero objetivo de Israel, la solución final, es el exterminio del pueblo palestino. ¿Tendrán los israelíes noción de que la shoah * con que su vice-ministro de defensa amenazó a los palestinos podría también convertirlos en víctimas? ( poderá vir a vitimá-los também?) ** ¿No temerán que muchos de los que defendieran la creación del Estado de Israel hoy se pregunten si en estas condiciones - y repito, en estas condiciones - el Estado de Israel tiene derecho de existir?

* Nota del traductor: catástrofe, holocausto. ** Nota del traductor: en un artículo del mismo Boaventura, pero publicado ayer martes, 13 de enero, por el diario argentino Página 12 , intitulado Continuidades , escribe en el último párrafo: "¿Habrán olvidado que las 'soluciones finales' terminan siempre con la eliminación de quienes intentan realizarlas?".

Traducción: Reinaldo Iturriza López

Publicado originalmente el 12 de enero de 2009 en: Carta Maior

martes, 13 de enero de 2009

“Cambio” en la señalización céntrica de Santiago


Quiero felicitar al intendente de la ciudad Capital por la imaginación, la inteligencia y la prudencia con la que ha mejorado ostensiblemente la señalización de las calles céntricas de Santiago. ¡Ahora sí vamos a poder orientarnos sin ninguna duda, rápidamente y ante la primera mirada!

Una señalización clara, moderna, que permite la visualización rápida mientras se maneja un vehículo, pues se asienta en el básico principio de contraste entre fondo y figura, con un color oscuro y otro claro, sin ninguna interferencia de otros mensajes ni de dibujos ni de colores.

¡Bravo! Magistral como la costanera de 10 palmeras, junto a las limpias márgenes del Dulce, que nos asemejan a Miami.

lunes, 12 de enero de 2009

Traficantes del miedo

Eso son los médicos de Santiago. O, para ser justos, muchos de ellos, no todos. Gustan de tapar sus enormes falencias formativas y su pereza intelectual con rápidos diagnósticos descriptivos, casi nunca explicativos, poniendo nombres extraños a nuestros síntomas, para justificar un recorrido penoso por los necesarios "estudios" que necesita para "confirmar" su primera impresión (que no es más que eso), y recién entonces apelar a la batería de medicamentos de su laboratorio patrocinante.

Mientras tanto, la angustia y el dolor del paciente crecen a medida que transita por auditorías, obras sociales, laboratorios, institutos varios, haciéndose los "estudios". Eso, cuando no lo internan "para acelerar los trámites con la obra social" como increíble y recientemente me planteó un joven médico, ignorando lo que significa la traumática experiencia de internación para todo el grupo familiar. (Y los costos, claro).

"Habría que operar, pero puede quedarle torcida la boca", "hay que internarlo ya", "hay riesgo de tocarle tal nervio". Traficantes del miedo. El paciente, indefenso, frágil, se entrega sin resistencia ante estos dioses modernos que pontifican desde sus pedestales, estetoscopio al cuello como signo de autoridad (va reemplazando al guardapolvo o chaquetilla), y que dedican 10 minutos de su valioso tiempo a dirigirnos media mirada mientras escriben en su computadora, atienden su celular o, en el mejor de los casos, miran los "estudios". Cada vez menos a los pacientes.

Y los pacientes, pacientemente esperan horas en sus consultorios para obtener esos 10 minutos de media mirada. ¿Alguien sabe dónde están los médicos antes de llegar a sus consultorios a las horas más increíbles?

Ah, y la ética aparece sólo para hablar de los aranceles: "Estos son aranceles éticos" (?!). Y cuando se les antoja, el arancel ético debe completarse con un "plus". Y nadie puede chistar. Porque estamos inermes, frágiles, debilitados y miedosos con nuestros dolores. ¿Alguien escuchó una conversación entre médicos? ¿Alguien los escuchó hablar de otra cosa que no sean sus autos, fincas, viajes, aparatos? Money, money, money. ¿Preocupación por el paciente, interconsulta? Bien, gracias.

Pocos médicos quedan en Santiago. Los demás son traficantes del miedo.

Reglas para redactar noticias sobre Oriente Próximo

TOMADO SIN PERMISO DE WWW.SINPERMISO.INFO


 

Doce reglas infalibles para la redacción de noticias sobre Oriente Próximo en los grandes medios de comunicación

Anónimo · · · · ·

  

04/01/09

  

 
 

Nuestro amigo y colaborador Emir Sader nos hizo llegar este texto anónimo, enviado en francés al blog que Emir mantiene en la publicación brasileña Carta Maior.  

1)      En Oriente Próximo son siempre los árabes quienes atacan primero, y siempre es Israel quien se defiende. Esa defensa se llama "represalia".

2)      Ni árabes, ni palestinos ni libaneses tienen derecho a matar civiles. A eso se le llama "terrorismo".

3)      Israel tiene derecho a matar civiles. Eso se llama "legítima defensa".

4)      Cuando Israel mata civiles en masa, las potencias occidentales piden que lo haga con mayor comedimiento. Eso se llama "reacción de la comunidad internacional".

5)      Ni palestinos ni libaneses tienen derecho a capturar soldados israelíes dentro de instalaciones militares con centinelas y puestos de combate. A eso hay que llamarlo "secuestro de personas indefensas".

6)      Israel tiene derecho a secuestrar a cualquiera hora y en cualquier lugar a cuantos palestinos y libaneses se le antoje. Su cifra actual ronda los 10 mil, 300 de los cuales son niños y mil, mujeres. No se precisa prueba alguna de culpabilidad. Israel tiene derecho a mantener secuestrados presos indefinidamente, ya sean autoridades democráticamente elegidas por los palestinos. A eso se le llama "encarcelamiento de terroristas".

 7)      Cuando se menciona la palabra "Hezbollah", es obligatorio añadir en la misma frase "apoyados y financiados por Siria y por Irán".

8)      Cuando se menciona "Israel", está terminantemente prohibido añadir: "apoyados y financiados por los EEUU". Eso podría dar la impresión de que el conflicto es desigual y de que la existencia de Israel no corre peligro.

9)      En informaciones sobre Israel, hay que evitar siempre que aparezcan las siguientes locuciones: "Territorios ocupados", "Resoluciones de la ONU", "Violaciones de los Derechos Humanos" y "Convención de Ginebra".

10)   Los palestinos, lo mismo que los libaneses, son siempre "cobardes" que se esconden entre una población civil que "no los quiere". Si duermen en casa con sus familias, eso tiene un nombre: "cobardía". Israel tiene derecho a aniquilar con bombas y misiles los barrios donde duermen. A eso se le llama "acción quirúrgica de alta precisión".

11)   Los israelíes hablan mejor inglés, francés, castellano o portugués que los árabes. Por eso merecen ser entrevistados con mayor frecuencia y tener más oportunidades que los árabes para explicar al gran público las presentes reglas de redacción (de la 1 a la 10). A eso se le llama "neutralidad periodística".

12)   Todas las personas que no están de acuerdo con las sobredichas Reglas, son, y así debe hacerse constar, "terroristas antisemitas de alta peligrosidad".

Traducción para
www.sinpermiso.info: Leonor Març

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www.sinpermiso.info, 4 enero 2009

sábado, 10 de enero de 2009

La democracia entramada

Estamos acostumbrados a la imagen liberal de la democracia y la política como resultados de un hipotético contrato originario entre individuos racionales motivados por su propio interés y que buscan seguridad y libertad para perseguir sus planes de vida sin ser molestados por los demás. Tal insolidaria imagen, que inspiró las políticas neoliberales desde 1976 hasta 2003, se prolonga en la idea de un ciudadano que revisa plataformas políticas para emitir un voto consciente y libre en la secreta soledad del cuarto oscuro. Nada más lejos de la realidad.

Propongo el reemplazo de esa imagen liberal, cuya utilidad metodológica sólo sirve a la legitimación de intereses particulares, por otra imagen más cercana a la realidad y más fecunda para la motivación y legitimación de acciones públicas por parte de ciudadanos reales, insertos siempre en asociaciones de diversa escala. Se trata de la imagen, muy santiagueña por otra parte, de la trama de un tejido. La democracia es una trama, con sus hilos y sus nudos, construida en un telar. Por muchas manos de teleras y teleros.

Podríamos multiplicar las analogías a partir de cada uno de los elementos de esta imagen, pero ahora quiero destacar solamente algunos.

Los hilos conductores de una democracia son de dos tipos básicos: los procedimentales y los sustanciales. Entre los primeros están las elecciones periódicas, las votaciones en los órganos parlamentarios, los controles entre poderes, la alternancia de grupos dirigenciales, etc. Entre los segundos están los derechos fundamentales garantizados constitucionalmente y efectivamente por el ejercicio del poder. Entre ambos hilos se realizan los principios que definen a la democracia como el régimen de la soberanía popular y del respeto a la dignidad humana.

Los nudos son las conquistas históricas de los pueblos que señalan como hitos irrenunciables la direccionalidad de los hilos. No sólo las elecciones de 1983, sino también la periodicidad ininterrumpida de las mismas, el funcionamiento cotidiano de los órganos de gobierno, la deliberación, el diálogo y la negociación como mecanismos para el manejo de conflictos, etc.; y además las conquistas históricas como el voto femenino, los mecanismos provisorios de discriminación positiva (cupos), etc. La constitucionalización de los tratados internacionales sobre ddhh, además de los juicios a los responsables de sus violaciones, son nudos fundamentales que consolidan valores democráticos sustanciales como la justicia, la igualdad, la memoria y la identidad.

Pero los nudos también son encrucijadas: momentos claves de nuestra historia política en los que se juega el sentido que tomarán los hilos: si se avanzará en una dirección de mayor equidad y redistribución de posibilidades, o se retrocederá hacia situaciones de desigualdad y privilegios. Un claro ejemplo de un nudo así fue la pulseada por las retenciones a las exportaciones de soja, o recientemente, el debate sobre la disolución del sistema que asoció las jubilaciones a la timba.

Entre los nudos problemáticos de nuestra democracia está todavía el de la colonización del espacio público por parte de los medios de comunicación que, tras una aparente neutralidad informativa y actuando desde el revés de la trama, defienden los intereses particulares de sus propietarios, imponiendo su visión apocalíptica del rumbo del gobierno, creando falsos dilemas –por ejemplo, seguridad vs. garantías-, seleccionando a quienes tendrán voz en los debates y quienes quedarán silenciados e invisibilizados. Volver al derecho lo que opera desde el revés es someterlos a las reglas de juego de la transparencia y el control democrático.

La democracia como trama significa pensarla como un tejido siempre inacabado, en el que hay que prestar atención a los hilos y los nudos, identificar el derecho y el revés. Para ello, hay que acceder al telar para hacer aunque sea un pequeño nudito. Diversas asociaciones pueden anudar sus estrategias para consolidar la direccionalidad de algunos hilos, o para revertir la de otros. La democracia como trama es tejida por todos, no sólo por el gobierno. El desafío, después de 25 años, es seguir tejiéndola con mayor consciencia ahora de hacia dónde van los hilos principales, cuáles son los nudos que hay que desatar y cuáles los que hay que atar, y volviendo al derecho lo que opera desde el revés.

El nuevo holocausto

Artículo publicado en El Liberal el 04/01/2003, en respuesta a otro (citado en el mismo). Lejos de perder actualidad sigue vigente, aunque sus palabras parecen demasiado suaves y "equilibradas" hoy, a la luz de la matanza en Gaza.

Hace 60 años los judíos en Europa alcanzaron su punto de máxima indefensión. Perdieron su condición civil, los echaron de sus empleos, les quitaron sus posesiones y viviendas, los declararon enemigos que había que destruir, y los destruyeron. Era ridícula la idea de que representaban algún peligro para potencias como Alemania, Francia o Italia. Pero se aceptó esta idea y, con pocas excepciones, casi toda Europa miró para otro lado mientras los masacraban. Por una ironía de la historia, el término que más se usó para describirlos en la insidiosa jerga oficial del fascismo-nazismo fue el de "terroristas".

Cada calamidad humana es diferente. Pero una de las verdades universales que atraviesan el holocausto no es sólo que no deba ocurrirle de nuevo a los judíos, sino que no debe ocurrirle a pueblo alguno. Y sin forzar las analogías es claro que los palestinos de hoy que sufren la ocupación israelí están tan indefensos como los judíos en los años 40.

Una impresionante maquinaria de propaganda norteamericano-israelí ha logrado la monstruosa transformación de un pueblo entero en poca cosa más que "militantes" y "terroristas". Películas, series televisivas, artículos, libros y hasta dibujos animados, han borroneado la terrible historia de sufrimiento y abuso con tal de destruir impunemente la existencia civil del pueblo palestino. Ha desaparecido de la memoria pública la destrucción de la sociedad palestina en 1948, al igual que la fabricación de un pueblo desposeído; la conquista de las franjas occidental y de Gaza, así como su ocupación militar desde 1967; la invasión de 1982, junto con los 17.500 libaneses y palestinos muertos; las masacres de Sabra y Chatila comandadas por el asesino Sharon; el continuado asalto a escuelas, campos de refugiados, hospitales e instalaciones palestinas de todo tipo; el arrasamiento de viviendas y la destrucción de sembrados. Se pregunta Edward Said: "¿Qué objetivo antiterrorista se cumple destruyendo los edificios del Ministerio de Educación, el cabildo de Ramallah, la Oficina Central de Estadística, varios institutos especializados en derechos civiles, salud y desarrollo económico, hospitales y estaciones de radio y televisión para luego retirar los archivos de todos ellos?".

El objetivo de este verdadero nuevo holocausto, fue puesto de manifiesto por Serge Schmemann (quien no puede ser sospechado de ser pro-palestino), en un artículo del New York Times del 11 de abril de 2002: "… se ha devastado la infraestructura de la vida misma y de cualquier futuro Estado palestino –las carreteras, las escuelas, las torres eléctricas, las bombas de agua y el cableado telefónico". Examinada la historia desapasionadamente, ¿puede caber alguna duda respecto de la real orientación de la política israelí de eliminar a los palestinos como pueblo, como única "solución final" al problema de medioriente? ¿Acaso esta política, basada en la idea del Gran Israel que no concibe la existencia de dos pueblos en Palestina, no fue aplicada sistemáticamente a lo largo de los años con la mirada complaciente o con la distracción de Occidente, repitiendo la historia de hace 60 años?

El sufrimiento no da derecho a actuar con impunidad ni mucho menos a actuar por fuera del derecho. Estoy de acuerdo con lo que afirmó recientemente en este diario Matías Mondshein: recordar el holocausto judío "es colocar los derechos humanos en el sistema educativo, donde la justicia y libertad tengan un mayor compromiso en nuestra sociedad argentina y mundial" (El Liberal 29/12/02). Estoy convencido de que el problema de Medio Oriente es fundamentalmente político, y con ello digo también ético y jurídico. El "choque de civilizaciones" que pregona Huntington no es más que una burda fachada de encubrimiento de intereses norteamericanos en la zona. Judíos, cristianos y musulmanes han convivido fecunda y pacíficamente a lo largo de los siglos, brindando al mundo moderno el basamento de sus principales logros. Los enfrentamientos siempre tuvieron causas políticas o económicas que fueron encubiertas con pretextos religiosos fundamentalistas.

Mientras los derechos humanos –políticos, económicos, sociales- no sean respetados por los Estados involucrados, en Medio Oriente no habrá paz. Y las sociedades árabes tienen mucho camino aún por recorrer en este sentido, reemplazando a dirigentes corruptos o retrógados, a los que, amparados por los intereses petroleros norteamericanos, viven en la riqueza más escandalosa mientras sus pueblos agonizan de hambre y analfabetismo. Pero es fundamentalmente el pueblo judío el que debe liberarse de la extorsión a la que lo somete la derecha sionista aliada con el fundamentalismo islámico, y remover del poder a psicópatas asesinos como Sharon. Pues es mayor la responsabilidad de quien detenta tanques, bulldozers, misiles y aviones frente a mujeres, niños y adolescentes civiles que, a lo sumo, empuñan piedras.

Creo que el verdadero homenaje a las víctimas del holocausto judío consiste en comprometernos a un Nunca Más a Ningún Pueblo junto con la inteligencia para crear las condiciones políticas, económicas y sociales que hagan realidad los Derechos Humanos también en la Tierra Santa de las tres religiones del Libro. De lo contrario, recordar el holocausto sin referirnos a la actual política israelí de eliminación de los palestinos nos convierte en herederos ingenuos de los criminales de ayer y cómplices hipócritas del horror de hoy.-