lunes, 12 de enero de 2009

Traficantes del miedo

Eso son los médicos de Santiago. O, para ser justos, muchos de ellos, no todos. Gustan de tapar sus enormes falencias formativas y su pereza intelectual con rápidos diagnósticos descriptivos, casi nunca explicativos, poniendo nombres extraños a nuestros síntomas, para justificar un recorrido penoso por los necesarios "estudios" que necesita para "confirmar" su primera impresión (que no es más que eso), y recién entonces apelar a la batería de medicamentos de su laboratorio patrocinante.

Mientras tanto, la angustia y el dolor del paciente crecen a medida que transita por auditorías, obras sociales, laboratorios, institutos varios, haciéndose los "estudios". Eso, cuando no lo internan "para acelerar los trámites con la obra social" como increíble y recientemente me planteó un joven médico, ignorando lo que significa la traumática experiencia de internación para todo el grupo familiar. (Y los costos, claro).

"Habría que operar, pero puede quedarle torcida la boca", "hay que internarlo ya", "hay riesgo de tocarle tal nervio". Traficantes del miedo. El paciente, indefenso, frágil, se entrega sin resistencia ante estos dioses modernos que pontifican desde sus pedestales, estetoscopio al cuello como signo de autoridad (va reemplazando al guardapolvo o chaquetilla), y que dedican 10 minutos de su valioso tiempo a dirigirnos media mirada mientras escriben en su computadora, atienden su celular o, en el mejor de los casos, miran los "estudios". Cada vez menos a los pacientes.

Y los pacientes, pacientemente esperan horas en sus consultorios para obtener esos 10 minutos de media mirada. ¿Alguien sabe dónde están los médicos antes de llegar a sus consultorios a las horas más increíbles?

Ah, y la ética aparece sólo para hablar de los aranceles: "Estos son aranceles éticos" (?!). Y cuando se les antoja, el arancel ético debe completarse con un "plus". Y nadie puede chistar. Porque estamos inermes, frágiles, debilitados y miedosos con nuestros dolores. ¿Alguien escuchó una conversación entre médicos? ¿Alguien los escuchó hablar de otra cosa que no sean sus autos, fincas, viajes, aparatos? Money, money, money. ¿Preocupación por el paciente, interconsulta? Bien, gracias.

Pocos médicos quedan en Santiago. Los demás son traficantes del miedo.

1 comentario:

  1. excelente!!! me parece brillante la descripción de sensaciones ante un consultorio, sea de médicos o sus derivados (odontólogos, oftalmólogos). Pero claro ellos son seres "superiores", a veces me pregunto por las razones, más allá de porque tienen en sus manos nuestra vida, o parte de ellas. Y la respuesta que los estudiantes de medicina y algunos nóveles matasanos es "lo que pasa es que nosotros estudiamos mucho"... claro, nadie estudia mas q los médicos... por eso son tan cultos... por eso lo unico que les importa es el auto, la finca, el viaje... ah... y cuánto les pagará el IOSEP

    ResponderEliminar